Esa fue la repuesta a la pregunta que en una de las interminables charlas con
mi buen amigo homosexual me espetó para acallar mi curiosidad sobre un nuevo
personaje en su azarosa vida sentimental. Esa frase me llevó a plantearme el
abismo que existe, queramos o no, entre las relaciones en el mundo gay y en el
mundo heterosexual.
Desde hace tiempo vengo reflexionado sobre
la etiqueta de promiscuidad que se les achaca a los gays. Hasta el punto de que
en un café con una lesbiana, un gay, una mujer felizmente casada y yo misma,
soltera, heterosexual y liberada, para dar solución al debate abierto, opté por
buscar en el diccionario el significado de promiscuo: Se dice de la persona
que mantiene relaciones sexuales con otras varias, así como de su
comportamiento, modo de vida. No creáis que nos aclaró mucho, y
ciertamente, tal y como mis amigos “promiscuos” me advertían, es una manera muy
simplista y algo alejada de la realidad, de cómo viven, y disfrutan, sus
relaciones sexuales, y porqué no, sentimentales.
He de reconocer que por más que hablo de
ello, que escucho atentamente las historias de quiénes me rodean y sus
variopintas experiencias, tan diferentes a las mías, por más que intento abrir
mi mente, y eso que me considero una mujer con amplias miras, a veces me
sorprenden sus relatos, llegando incluso a escandalizarme.
“Es mejor un cuarteto o un quinteto en la
cama, que un trío. Un trío complica mucho las cosas”. Un cuarteto??? Un
quinteto???, y porque no sexteto o un septeto o una bacanal???. “Todo vale”, me
responde, “aunque eso sí, siempre es mejor números pares”.
Está claro que no todos los homosexuales
piensan así, y no lo digo porque estandarizar la opinión de una persona al
resto de sentimientos y consideraciones me parezca absurdo, si no porque lo he
vivido yo misma. Aún me ruborizo al pensar en aquella noche cuando me encontré
a un chico con el que había trabajado en alguna ocasión. Aunque desconocía que
fuera gay, no me sorprendió en absoluto que me presentara a su novio y mantuve
con ellos una intrascendente y animada charla. La verdad es que formaba un
pareja ideal, tan apuestos, tan armónico, tan compenetrados…. Ahí los dejé,
haciéndose arrumacos para continuar la noche con mis amigos. Al cabo de unas
horas, se acercaron para despedirse de mí y cual fue mi sorpresa cuando note
cómo me metían una mano dentro del vaquero, por el trasero sin que mediara tela
alguna entre mis carnes y la palma ajena. Atónita miré al novio recién presentado
que me dijo “¿te vienes y hacemos un trío?” Pese a mi estupor logré declinar
tal invitación afirmando “hoy no, no me apetece, gracias.” Cómo si a una la
invitaran todos los días a ménage à trois.
A veces una quiere hacerse la moderna pero
este tipo de situaciones se escapan de mi estilo de vida, por más que una se
defina como liberal. Todo ello me lleva a plantearme si realmente llegaría a
formar parte de un baile en el que participasen más de dos.
A lo mejor, no soy tan moderna. A lo mejor
tengo mucho que aprender y experimentar en el sexo. No tengo muy claro que
realmente me apetezca probarlo o si, en caso de dar el paso, necesitase de
grandes estímulos para hacer una coreografía con tantos participantes.
¿Y vosotros? ¿Lo habéis hecho? ¿Os lo
habéis planteado? ¿Seríais capaces de contarlo para compartir vuestras
experiencias, eso sí, respetando el más absoluto anonimato? Escribidme a offtherecord.hermanas@gmail.com y, porque no, algún día puede que protagonicéis esta sección sin que nadie lo sepa, sólo vosotros mismos.
Pues eso es lo que pretendemos desde Cosasdhermanas con esta columna semanal Off the record, compartir mis
experiencias, tanto sentimentales como sexuales, contaros las historias de mis
amigos, heterosexuales y homosexuales, escucharos a vosotros, con el único propósito
de reflexionar y de conocer y entender mejor las relaciones humanas: entre
chicos y chicas, chicos y chicos, chicas y chicas.
Siguiendo las buenas costumbres instauradas en Cosasdhermanas, desde Off the record os propondremos películas, canciones y lectura apropiada a todos estos temas que iremos tratando...
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Enhorabuena!!! Nos pondremos en contacto contigo para decirte día y hora.
Ahora sí... Hoy nos estrenamos con una de las películas españolas eróticas de referencia, Las Edades de Lulú, un libro de Almudena Grandes que fue llevado al cine por Bigas Luna en 1989, ahí os dejo un trailer.
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by Off the record