jueves, 20 de noviembre de 2014

¡Para! Yo me bajo


Que importante es evolucionar y aprender de los errores pasados. Tengo una gran amiga, por no decir la más grande, que en muchas ocasiones cierra sus historias, “bajándose de ellas”. Yo siempre la he admirado por ello, porque si una se baja de una historia es ella la que tiene las riendas de su destino, sea una decisión errónea o acertada. 

Hasta ahora yo he aguantado encima del tiovivo emocional en casi todas las historias en las que me he visto envuelta y si en alguna ocasión he finiquitado yo la relación ha sido porque era tal la tortura sentimental que me provocaba, que continuar hubiera sido masoquismo.

Hoy me siento satisfecha de mi decisión. "Para, que yo me bajo" significa, no me interesa, no es lo que quiero.

Mi pasión kurda (mas información) tiene segunda parte y tercera, aunque dudo que una cuarta.... 

Me volví de Estambul, tranquila porque creía que todo se iba a quedar en algo anecdótico y que Norit no iba a volver a entrar en mi vida. Yo tenía claro que no iba a llamar a su puerta aún sabiendo que venía para España. No quería jugar con fuego pero he estado a puntito de quemarme.

Sin embargo, Norit no ha querido dejar nuestra relación en Turquía, y al llegar a España, me escribió. Yo, pensando que era inmune a sus encantos, inicié una relación epistolar moderna, ya me entendéis, de lo más inocente, pensando que para él sólo era una chica maja, simpática y agradable con la que quería tener cierto contacto. Así me lo había expresado él mismo en su intento de finiquitar nuestra incipiente historia en tierras turcas. 

Del mail pasamos rápidamente al whatsapp y casi sin transición al Skype, con todo lo que ello significa. Al vernos las caras y escuchar la voz, nuestra amistad a distancia se transformó en algo mucho más real, más cercano. 

Partiendo de aquella despedida inicial, creía que él no sentía atracción sexual por mi. ¡Qué ingenua soy! O, más bien, qué poco valoro mi sensualidad porque sin pretenderlo, sin jugar al juego de la seducción profundizamos, en muy poquito tiempo, en nuestra amistad y la convertimos en algo más, más carnal, más sexual.... 


¡Qué divertido resultaban esas conversaciones, tan picantes, tan excitantes! Verle al natural en la pantalla, incendiaba mi deseo, quería tocarle, acariciarle, besarle... Pero sin caer en la desesperación por no hacerlo, disfrutaba de esas "más que conversaciones". ¡Y mucho!.

Como mujer intemperante, pro activa y algo impaciente que soy, en cuanto vi la mínima oportunidad de abandonar el escenario digital, la aproveché y, excusándome en un viaje laboral a la ciudad en la que él vivía, viaje real no inventado, propicié el encuentro.

Inicialmente nos comportamos de manera cordial, como si no hubiéramos tenido relaciones íntimas a través de las tecnologías del siglo XXI. Ese contacto aséptico y carente de connotaciones sexuales tenía un final programado en cuanto estuviéramos en la intimidad. Y así pasó. 

Cuando llegamos a mi apartamento, sin ni tan siquiera quitarnos el abrigo, me atrajo hacia él y me volvió a besar, con la misma fuerza, la misma pasión, que un mes antes en el puente Galata. Ahora ya no había excusa para quedarnos ahí, en los besuqueos. 

Los dos estábamos ávidos por acariciarnos, recorrer nuestros cuerpos con la mirada, con las manos, con la lengua.... Y lo que nuestra imaginación llevaba más de un mes anhelando, se hizo realidad. 

Ahí estaba, desnudo, encima de mí, besándome, acariciándome, terminando lo que habíamos iniciando en aquel haman de la lejana Estambul. Y cambiando para siempre el sentido de nuestra historia. Ya no era una historia de amistad, de un quiero y no puedo, de una pasión unilateral. Ahora se había convertido en algo más por elección propia, de los dos....

Mentiría sí os contara que no gocé, que fue un mal polvo. Norit está muy bien dotado y tiene cierta maestría en las artes amatorias pero carece de sensibilidad y empatía para satisfacer plenamente mis necesidades. 

Soy de las que gusta tener un polvo completo. No sólo, lo que vulgarmente llamo "mete saca". Adoro avanzar más allá del coito, dejarme llevar por la pasión y que cada parte de mi cuerpo y, por supuesto del suyo, participe. 

Y sobre todo, no me gustan los finales abruptos, el orgasmo y ya está. Me gusta que mi amante me abrace, me siga acariciando y alarguemos esa intimidad hasta que una necesidad fisiológica nos separe. Me da igual el tipo de relación que tenga con quién comparto el lecho. Sea mi pareja, el rollo de una noche o un amante habitual.


Más allá de mis apreciaciones, quisieron las circunstancias acotar nuestro fin de semana juntos a dos encuentros de apenas 5 horas cada uno de ellos, suficiente para constatar que no es una persona con que quiera mantener en mi lista corta de amantes. Sí como amigo, cosa curiosa, porque no tengo ningún reproche que hacerle en su comportamiento, fuera de la cama y de lo afectivo, hacia mí. 

Sin embargo, sí que tengo claro que cualquier otro tipo de relación, más allá de una pura amistad esporádica, está encaminada al fracaso. Me atrae, me gusta pero no lo suficiente como para arriesgarme en sufrir una nueva decepción. Por eso, ¡Para, que yo me bajo!

Sabéis que gusto de recomendar libros o películas en mis historia. Hoy os voy a hablar de un libro que no he leído aún pero que sí lo tengo pendiente tras asistir a su presentación, justo ese fin de semana. La autora, Raquel G. Estruch explicó que su novela, romántica de alto contenido erótico, alejada de la estela de 50 sombras de Grey, pretende constatar que da igual lo que seamos, cómo seamos, a lo que nos dediquemos, pero nadie debe estar a merced de nadie y que en nuestra mano está dirigir nuestra vida, sentimental, profesional o en el aspecto que deseemos. El libro se llama "Bésame mucho" y se presenta el próximo sábado 22 en la Casa del libro de Alicante, por sí os interesa ir a escucharla.


3 comentarios:

  1. A mi el final también me parece muy muy importante.

    me-andmybag

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  2. Caray, ciertamente, esa amiga tuya y tú ahora, tenéis un modus operandi similar al mío.... (aunque a veces yo corra el riesgo de bajarme antes de tiempo y de perderme algo bueno). ¿Qué paso off the record? ¿Te bajaste por miedo o por decepción?.

    Muy buen relato. Desde mi punto de vista un 'pobre final' para una 'gran pasión' pero un 'giro cojonudo' en tu trayectoria y evolución personal. Me gusta ;)

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  3. Qué dificil es a veces bajarse de ese tiovivo...! A veces tienes por un lado el tiovivo, por otro la montaña rusa; por otro el canguro loco... Todo a la vez y nuestra vida sentimental se convierte en una verdadera feria en la que es imposible concentrarse. Creo que es cosa de los tiempos en los que vivimos. Pero sí, querida amiga, hay que saber bajarse de la atracción cuando ya llevas demasiados viajes mareantes. Un abrazo!

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