Muchas veces he
pensado en cómo sería mi vida sino hubiera tenido la suerte de conocer a Christian
Grey. Sí, es el protagonista de Cincuenta sombras de Grey y no, no me refiero
al auténtico, sino que he rebautizado a una persona que indudablemente ha marcado
mi manera de entender y de gozar el sexo.
Y de qué manera…. Me va a ser difícil resumir en este post todo lo que
viví y disfruté con él, y mucho
más arduo va a ser la hazaña de transformar en palabras las sensaciones y
enseñanzas que aprendí en temas de cama y de relaciones basadas en ella.
Con la distancia tendemos a idealizar las
historias y a olvidar los malos momentos vividos en determinadas circunstancias
pero con Grey desde que empezó hasta que se terminó no hubo ningún mal rollo,
ninguna confusión de sentimientos. Fue una relación sexual, pura y dura, de las
que recomiendo a toda mujer. Sin ataduras ni mentiras, con honestidad y con
mucho respeto por ambas partes. Nunca me enamoré de él pero sí que lo aprecié
(y le aprecio) sinceramente. Y sospecho que él a mí también, aunque haga más de
año y medio que no sepamos el uno del otro.
Lo conocí por motivos de trabajo. Tenía que
cerrar un contrato muy importante con mi empresa y cuando vino a mi oficina
para iniciar las negociaciones, unas negociaciones que se alargaron durante
meses, mi jefe me lo sentó en mi mesa y me pidió que lo entretuviera. No es que
me excediera en mis funciones, lo nuestro surgió algún tiempo después, pero sí
que es cierto que ese día y el hecho de tener que tratar conmigo durante alguna
que otra hora hizo que Christian se fijara en mí. Por mi parte, si me hubieran
dicho en ese momento lo que iba a suceder, hubiera puesto el grito en el cielo
y lo hubiera negado tajantemente. Lo que son las cosas. Me pareció un hombre
agradable, de conversación amena y punto. Los 20 años de diferencia pesaban
demasiado sobre un físico corriente y un verbo diligente.
Pasó algún tiempo hasta que fui consciente
de que él se sentía atraído por mí. Por muy “avispaica” que dicen que soy, no percibí intención alguna en sus atenciones. Ni mucho menos. Tuvo él que
lanzar la caña para que yo supiera de su “simpatía” hacia mí.
En un receso de una de esas largas sesiones
de negociación, se acercó a mi mesa y me soltó “Me invitas a un café?. Tu jefe
me ha puesto muy nervioso y necesito tranquilizarme”. Yo que para algunas cosas he sido muy inocente pensé “a lo
mejor saco algo de información para la empresa de ese café ” y,
pidiendo primero permiso a mis superiores, me fui con él.
La verdad es que fue ingenioso hasta para
decir que quería conocerme más profundamente. Estableció un simil entre el
regateo que se produce en el Gran Bazar de Estambul y el juego de seducir a una
mujer. Yo en principio no entedía porque me estaba diciendo esas cosas hasta
que me soltó que queria que nos conocieramos más intimamente y que quedaramos
fuera de la oficina.
Me quedé estupefacta. Sin saber que decir. No queria
quedar como una remilgada pero al mismo tiempo no me veia por ahí con él. No
estaba interesada en su propuesta. Sin embargo, me halagó, me gustó saber que
él se habia fijado en mí, y el bichito de la vanidad jugo su papel en esta
historia.
Diestro como era y
sabiendo que no habia forma humana en ese momento de hacer que yo satisfaciera
sus deseos, me dijo: “ya sabes que yo estoy interesado en conocerte. Sabes como
conseguir mi teléfono y espero que me llames”.
Me provocó, la verdad, pero en ningún
momento me plantee siquiera hacerme con su telefóno. En aquella época estaba
loquita por un amigo mio, también 17 años mayor que yo, y no tenía ojos para
nadie. Como evoluciona la
mentalidad de las personas. Es importante ser capaz de saber entrenerse con los
hombres mientras el amor llega.
Pasaron los meses y Grey seguía yendo por mi
oficina, sentándose en mi mesa, charlando conmigo e insinuándose. Se habia
convertido ya en una costumbre en un juego muy placentero ya que siempre supo
hacerlo con estilo, con gracia. Nunca me sentí incómoda, siempre halagada,
aunque no interesada hasta que tuve mi primer quiebre con ese amigo, el pequeño ruiseñor, que tiempo después
me rompió el corazón.
Volvía de pasar un domingo con él (tal vez
algún día os cuente esta historia, pero no es divertida sino desoladora y
cruel) y estaba tan frustrada que llamé a Grey. Él se sorprendió de mi llamada
pero lejos de sentirse satisfecho porque hubiera dado ya el paso, me lo puso
difícil y esperó a que yo le invitara a salir. En ese momento necesitaba romper
mi pensamiento, conocer a alguien que me aportara sentimientos positivos y no
de fracaso, y me lancé sin tener muy claro lo que pretendía.
Finalmente quedamos y de una cervecita a las
8 de la tarde, pasamos a cenar juntos y a tomar una copa. Un tío inteligente,
con las ideas claras y la experiencia que suele dar la vida, sabe como
entretener a una mujer, y conoce cuando una retirada a tiempo puede ser,
posteriormente, una victoria. Esa noche supo hacerlo y esperar a que
la semilla plantada, germinara.
No tardé mucho en picar el anzuelo. Y sí,
fui yo la que dí el paso y le mandé un sms llamando su atención. Tras el
intercambió de mensajes, cada vez más subidos de tono, me invitó a que nos
encontraramos y resuelta como estaba a ver si podía o no ser tan interesante
como hasta la fecha lo habia sido, acudí a su encuentro.
En su afán y su destreza en el campo de la
seducción, habia encontrado un filón. La salsa, un hobbie muy extendido en los
últimos años y donde acuden muchas mujeres de mediana edad y pocos hombres. Era
el rey como pude ver en los excasos 5 minutos que aguantamos en el local en el
que me citó. Y sí, volví a ser yo,
la que le besó. Así, sin paños calientes. No lo pensé. Podría culpar al exceso
de cervezas, pero no es necesario porque no me arrepiento en absoluto de lo que
despues pasó, 7 horas intensas de un sexo formidable.
Tras besarle, me llevó a su casa y lo que
vivi aquella noche fue el preludio de más de 9 meses de relación marcada por
los encuentros furtivos a horas intempestivas, por nuevas experiencias
sexuales, nuevas prácticas siempre adornadas de creatividad, pasión y diversión
y, en ningún momento, de desazón o tristeza.
Aún me estremezco cuando rememoro alguno de
nuestros episodios en el baño de su casa, en el suelo de su habitación, su
maletín de juegos, su pared, sus cojines, su ascensor, su armario….
Aún me sonrio cuando recuerdo cómo, despues
de haber pasado una noche memorable, disimulabamos cuando nos encontrabamos en
nuestro entorno profesional como si apenas nos conocieramos.
Precisamente, por esta experiencia que viví,
por todas las sensaciones que recorrieron mi cuerpo y por cómo sentí en mis
carnes el aguijón del sexo desenfrenado, Cincuenta sombras de Grey, no
me convence. Desde mi humilde opinión no es capaz de transmitir la excitación
ni el orgasmo de una mujer. Ya os digo, desde mi humilde opinión. Y es que es
muy, pero que muy complicado, tal y como he comentado al principio, traducir en
palabras esos momentos de extasis extremo. Yo, no soy capaz.
Si quereis conocer el desenlace de mi
historia con Grey, os espero la semana que viene, aquí en Cosasdhermanas.
Besos
by Off the record
by Off the record
Fotos de Pinterest
He esperado con una paciencia impropia de mi para poder leer tu historia de hoy nada más publicarla. Impresionante!!! Ahora a esperar impaciente, esto es más normal en mi, a que llegue la segunda parte. Flipo con tus historias!!! Mil gracias! Me voy a dormir a ver con que sueño!!! Jijij un besazo
ResponderEliminarEso es ser fan y lo demás son tonterías... Muchas gracias, no te puedes imaginar la ilusión que me da cada vez que alguno de vosotr@s me decís que os gustan mis historias. A mi vivirlas, contarlas y que os gustan, también. ;-)
EliminarPreparando ya con mucho cariño esa segunda parte siempre y cuando no me pase nada raro en los próximos 7 días.
Un abrazo muy fuerte, amiga anónima
jajaja la semana qué viene vuelvo a ver... ;)
ResponderEliminarSolo te adelantaré que la segunda parte es más corta pero más intensa... te espero MibolsodelSur
EliminarImpaciente por leer el desenlace. Me lo paso genial con tus historias.
ResponderEliminarAyyy, el desenlace, muy bien dicho, y no el final porque nunca se sabe que puede pasar con las vueltas que da la vida... A seguir divirtiéndote.... un abrazo, Mafalda
EliminarEmmmm.... que me engancho a estas lecturas eee... Jo que experiencia.
ResponderEliminarYo no me puedo quejar, la verdad es que mi pareja actual ha hecho las veces de, no voy a decir grey (no me lo he leido aun por estudiar) pero si Gideon Cross (saga crossfire, que si no te has leido, te recomiendo); dandole a cada día su pequeño toque de salsa y pasion... aissss
Sigue así!!
speak4chic.blogspot.com.es
Fíjate que lo de Gideon Cross me suena mucho pero no he leido esa saga. Tendré que animarme con lo que me cuentas. Entre tú y yo (y ahora que no nos lee nadie), si no tienes absolutamente nada mejor que hacer, lánzate a la lectura de Cincuentas sombras de Grey, para que no te lo cuenten y saques tú tus propias conclusiones. Pero sinceramente teniendo esa vida llena de salsa y pasión, ve a por lecturas mucho más reconfortantes...
EliminarHasta la semana que viene Speak4chic
Como siempre..... Muy interesante la historia!! Nos dejas espectantes!!
ResponderEliminarDekuero Creaciones
Dekuero, sé que eres una de mis lectoras más fieles crees que puedo subir un poco, sin pasarme, el "tono" de mis relatos?... no sé que hacer... quiero resultar elegante pero o caer en el aburrimiento...
EliminarEsta pregunta va también para todas las demás... que pensáis???
Gracias
Que intriga...!!!besos
ResponderEliminarFue una epoca totalmente loca, Dezazu…
Eliminarla verdad es que me da cierta envidia... a mi no se me ha cruzado un Grey...
ResponderEliminarCuando miro atrás, ahora, desde el sosiego, pienso en que fue un momento muy divertido pero en su día casi ni me dio tiempo a saborearlo de lo trepidante que fue
EliminarMe ha encantado el relato y el tema me encanta, estoy completamente a favor de las relaciones puramente sexuales... Sobre todo cuando son tan satisfactorias... Y, ya que lo mencionas, sí que pienso que no estaría mal que dieras algún detalle más... ¡Tú nunca podrías caer en la ordinariez, estás a años luz de eso!
ResponderEliminarIntentaremos ser más detallistas sin caer en la ordinariez. Gracias por tu apoyo. Un beso
EliminarDesde que leí ayer tu relato estoy buscando en mi memoria y yo también tuve a mi Grey particular ... lo malo fue que por circunstancias adversas ambos no pudimos saborear al máximo nuestro deseo. Enhorabuena por tu grata experiencia y gracias por compartir tus experiencias, opino que toda mujer debe conocer a un Grey en su vida, el lunes nos vemos. Bsos
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