Así de contundente se expresaba una psicóloga al afirmar que el mejor remedio para que una persona deprimida salga de su apatía, es tener un amante. Y en mi humilde opinión, no le falta razón.
Desde hace algún tiempo estoy intentado crear mi "chorboagenda", pero no al estilo Barney, de "Cómo conocí a vuestra madre", una "chorboagenda" adaptada a mí, menos agresiva que la del popular personaje televisivo.
Pretendo contar con una serie de contactos más allá de encuentros sexuales esporádicos y, por supuesto, totalmente ajena a mi círculo de amigos. Una "chorboagenda" en la que poder hallar ese amante perfecto capaz de abandonarse en tu cuerpo y ofrecerte las mieles de la pasión sin que sea necesario plantearse nada más, sexo por sexo, placer por placer. Sentirse atractiva contemplando los ojos de una persona que te mira con verdadero deleite.
Un índice alfabético en el que puedas elegir, cuando tu cuerpo te lo pida, un interlocutor con el que, además de disfrutar de la cama, tener una conversación en la que no nos de miedo ser realmente nosotros mismos, mostrar en nuestra totalidad nuestro más íntimo pensamiento, desnudar nuestra alma sabiendo que, precisamente, eso es lo que admira de ti y no entre en competencia con nuestra manera de ser.
Una chorboagenda para esos lunes tristes de invierno, cuando el frío ataca a los huesos, podamos encontrar la calidez de unos brazos masculinos en los que refugiarme después de un mal día, sin compromiso, sin durabilidad sólo para sentirnos arropadas.
Muchos pensaréis que eso es lo que se encuentra en una pareja, en esa media naranja que a veces el destino te sirve en bandeja pero en esta época actual en la que parece que los hombres y las mujeres estamos llamados al desencuentro, ¿qué hacemos si no encontramos a esa persona que en un solo ser reúna todas esas características? Muy fácil, buscarnos más de una. Sin obligaciones, sin dependencias, sólo por el mero placer de estar juntos, para charlar, para amar, para....
Durante mucho tiempo en mi pensamiento, en mi sentimiento, ha estado alojado esa idea de que sólo la estabilidad emocional da la felicidad y lo que debía buscar era una pareja "para toda la vida". Ha querido el destino no haberla encontrado hasta la fecha (¿O he sido yo?) y, por ello, mi pensamiento ha evolucionado hacia otras tesis. Sin llegar a afirmar que la rutina mata el amor, como últimamente escucho de varios amigos míos, tal vez no querer alcanzar el "always" nos permita disfrutar del "now", sin plantearnos nada más.
Volviendo al artículo de psicología que me ha inspirado el post de hoy, me parece reseñable la definición que hace de lo que es un amante, para que tomemos nota “Lo que nos apasiona. Lo que ocupa nuestro pensamiento antes de quedarnos dormidos y es también quien a veces, no nos deja dormir. Nuestro amante es lo que nos vuelve distraídos frente al entorno. Lo que nos deja saber que la vida tiene motivación y sentido". (por si queréis leer el articulo completo, pulsa aquí)
Decidido, voy a buscar ese amante o esos amantes que nos llene la vida de motivación y sentido.
Besos
Off the record
Fotos de Pinterest
jajaja, yo también quiero una de esas agendas.
ResponderEliminarEn cuanto a lo de la psicóloga, a veces ese amante puede hacer que termines pero de lo que estabas...
me-andmybag
No, Yudani, no.... ese amante no me gusta nada. Si es capaz de hacerte sentir mal, no sirve, no cumple con el objetivo que, según la tesis de este post (que no tiene porque ser la única ni la más válida), perseguimos al echarnos un amante.
ResponderEliminarYa, lo sé, a mí también me pasa (y más frecuentemente de lo que me gustaría). Nos liamos con un tipo, al principio nos va bien porque ambos buscamos lo mismo, pero de repente su atención es inversamente proporcional a nuestros sentimientos.
Vamos que conforme comenzamos a colgarnos, él, como si lo oliese, va pasando más de nuestra cara.... y entonces es cuando nos arrepentimos de habernos echado ese amante.
Últimamente, soy capaz de cerrar capítulo cuando me veo en peligro... pero aún me queda mucho para dominar la técnica.
Muchos besos
No puedo estar más de acuerdo con el artículo. Creo que es el mejor remedio para todo. Es más, en dos ocasiones he hecho esa recomendación a dos amigas casadas (con maridos L.P.: 20/30 años de pareja). Una de ellas dijo "me lo pensaré"; Han pasado los años y sigue pensándolo. La otra acabó haciéndome caso -después de mucho tiempo- y hoy es una mujer distinta. ¿Feliz? No me atrevería a hablar por su boca, pero jamás volví a verla deprimida, y siempre es un torrente de energía con montones de experiencias (que además le gusta compartir). Así que amiga, brindo por tu chorbo-agenda, y a partir de ya, pide que no te den consejos, que te den direcciones (o teléfonos). Un buen propósito para el 2.015!!!!!!!!
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