“Hay que ver la mala influencia que tiene el porno en las relaciones sexuales”, me comentó hace algunos años una amiga. Yo, en ese momento, tenía una vida sexual muy pausada, por no decir dormida, con lo que tampoco tenía argumentos para rebatir su comentario.
Su experiencia, que no era poca ni baladí, le
había llevado a pensar que los tíos se creen que están en una película porno
cuando tienen sexo ocasional o de una noche. Claro, ella desconocía si esos
mismos chicos con sus parejas o con relaciones estables, se comportaban de la
misma manera, pero sí que era cierto que, de manera muy habitual, compartían un
mismo patrón de comportamiento.
Yo no soy muy consumidora de porno pero sí que
he visto alguna película, o mejor dicho, alguna escena, que poco parecido he
encontrado con la realidad, o por lo menos con mis experiencias sexuales, por
muy “hard” que hayan sido.
En este punto me viene a la memoria cierta
historia bautizada por su protagonista como el “porno polvo” en la que una
mujer con experiencia en estas lides del sexo tuvo que frenar la pasión de su
amante al entender que tanto ímpetu hacia peligrar su integridad física.
Ciertamente en toda la historia él demostró estar más pillado por ella y se le iban los ojos tras su larga melena rubia y su cuerpo de treintañera atractiva, muy atractiva. Se conocieron en la típica fiesta multitudinaria de un pub ubicado en una pequeña localidad de la provincia, dónde todos o casi todos se conocían.
Desde el principio él lo tenía claro y fue a saco a por ella. Sin embargo mi amiga, nada mojigata pero si con las ideas claras, le daba largas porque había algo en él que no acababa de arrebatarle. Tanto insistió que finalmente se citó con él bajo el pensamiento “¿Por qué no? Nunca se sabe…”
Yo estaba presente en esa cita, primera y única formal. Se habían visto en varias ocasiones pero no con la clara visión de que la noche podía dar más de si. En la cena, dónde eramos un grupo muy variopinto de amigos, me confesó que no tenía muy claro que iba a hacer pero que, en palabras casi textuales, “después de tanto tiempo sin nadie que me haga algo de gracia, me voy a dejar llevar”.
Menos mal que no tenía pensamiento de algo especial porque tras la copa de rigor, él le arrastró hasta la habitación de hotel que había reservado para la ocasión y sin dejarle casi tiempo de desvestirse ni de desabrocharse la blusa, la empotró contra la pared e inició su particular baile de seducción, por llamarlo de alguna manera. La gotita que colmó el vaso fue cuando, estando ella de espaldas a él, le agarró la cabellera, y echando su cabeza para atrás, intentó emular, no sabemos bien si una película porno en particular o la manera en la que los trogloditas realizaban el apareamiento.
Ella frenó en seco y le dijo, con su particular e irónica manera de comunicarse “Escucha hermano, baja el ritmo porqué esto es una cuestión de dos”. Eso supuso una pausa en el polvo pero no una ruptura porque continuaron más pausadamente sin que ese encuentro haya pasado a los anales de la historia sexual de mi amiga como un gran polvo, ni mucho menos.
Está claro que hay grandes diferencias entre hacer el amor y echar un polvo. El sexo es sexo y el amor es el amor pero comparto el rechazo de las mujeres a sentirse como actrices porno, con todo el respeto que me merecen porque no estoy nada en contra de la pornografía, cuando se acuestan con un hombre sin que hagan el amor. Se puede pasar un buen rato, desinhibido, divertido sin sentir objeto sexual de nadie.
Ciertamente en toda la historia él demostró estar más pillado por ella y se le iban los ojos tras su larga melena rubia y su cuerpo de treintañera atractiva, muy atractiva. Se conocieron en la típica fiesta multitudinaria de un pub ubicado en una pequeña localidad de la provincia, dónde todos o casi todos se conocían.
Desde el principio él lo tenía claro y fue a saco a por ella. Sin embargo mi amiga, nada mojigata pero si con las ideas claras, le daba largas porque había algo en él que no acababa de arrebatarle. Tanto insistió que finalmente se citó con él bajo el pensamiento “¿Por qué no? Nunca se sabe…”
Yo estaba presente en esa cita, primera y única formal. Se habían visto en varias ocasiones pero no con la clara visión de que la noche podía dar más de si. En la cena, dónde eramos un grupo muy variopinto de amigos, me confesó que no tenía muy claro que iba a hacer pero que, en palabras casi textuales, “después de tanto tiempo sin nadie que me haga algo de gracia, me voy a dejar llevar”.
Menos mal que no tenía pensamiento de algo especial porque tras la copa de rigor, él le arrastró hasta la habitación de hotel que había reservado para la ocasión y sin dejarle casi tiempo de desvestirse ni de desabrocharse la blusa, la empotró contra la pared e inició su particular baile de seducción, por llamarlo de alguna manera. La gotita que colmó el vaso fue cuando, estando ella de espaldas a él, le agarró la cabellera, y echando su cabeza para atrás, intentó emular, no sabemos bien si una película porno en particular o la manera en la que los trogloditas realizaban el apareamiento.
Ella frenó en seco y le dijo, con su particular e irónica manera de comunicarse “Escucha hermano, baja el ritmo porqué esto es una cuestión de dos”. Eso supuso una pausa en el polvo pero no una ruptura porque continuaron más pausadamente sin que ese encuentro haya pasado a los anales de la historia sexual de mi amiga como un gran polvo, ni mucho menos.
Está claro que hay grandes diferencias entre hacer el amor y echar un polvo. El sexo es sexo y el amor es el amor pero comparto el rechazo de las mujeres a sentirse como actrices porno, con todo el respeto que me merecen porque no estoy nada en contra de la pornografía, cuando se acuestan con un hombre sin que hagan el amor. Se puede pasar un buen rato, desinhibido, divertido sin sentir objeto sexual de nadie.
En mi caso no he tenido muchas experiencias de
este tipo, más allá de la relatada en este mismo blog en un baño, pero sí que
recuerdo con desagrado el “mete saca” al que me vi sometida, en una ocasión en
la que caí en la tentación de dar una oportunidad a un chico que en principio
no era del todo de mi cuerda. Como mi amiga, tanto insistió y que él se llevó
el premio (yo) y yo la nefasta sorpresa (él). Tiempo despues descubrí que tenía
cierto problema con las drogas y tal vez la cocaína que llevaba en el cuerpo
influyó para eliminar toda afectividad y cariño, y buscar sólo su placer la
única noche que pasé con él. Desde entonces decidí que nunca más iba a forzarme
en mis gustas y si existía un “pero” era por algo.
Ya sabéis que anónimamente me podéis contar
vuestra historia en offtherecord.hermanas@gmail.com
Más por el actor que por la propia película quiero acabar con un clásico. Nueve semanas y media, de 1986, protagonizada por Kim Basinger y Mikey Rourke (actor que nunca me ha gustado, ni como actor, ni como hombre ni como nada…). Por cierto, es del mismo director que otras dos pelis que he comentado, Atracción Fatal e Infiel. Curioso, no?
Más por el actor que por la propia película quiero acabar con un clásico. Nueve semanas y media, de 1986, protagonizada por Kim Basinger y Mikey Rourke (actor que nunca me ha gustado, ni como actor, ni como hombre ni como nada…). Por cierto, es del mismo director que otras dos pelis que he comentado, Atracción Fatal e Infiel. Curioso, no?
Hasta la semana que viene...
Imágenes de Pinterest
Una vez más enhorabuena, me encanta como tratas los diferentes temas cada semana, a mi personalmente me tienes muy cogida con tu sección. Yo soy más de amor (una romántica empedernida, no me van a cambiar ahora con la edad que tengo...) y luego lo que siga..., es la combinación perfecta, pero nunca diré de este agua no beberé, visto lo visto...
ResponderEliminarY sí, "algunos" hombres a espaldas de su relación sacan las patitas fuera del tiesto...creo que es un error, las cosas se hablan y se comparten...y sobretodo se disfrutan en pareja si te merece la pena claro... pero...ahí cada uno...y no digo más, aunque muchas veces los problemas son mucho mucho más profundos, y tal vez no se quieren dar cuenta o sí.
Un besazo
Lara, lo que comentas, es para mi fundamental. El sexo es compartir, básicamente, amor, placer, porno, y es una cosa de dos, por lo que es básico que las partes quieran practicar ese sexo de la misma manera, más salvaje, romántico (como te gusta a ti), etc. Además, no siempre igual, hoy me apetece de esta manera, mañana de esta otra… Para mí, me he sentido compenetrada con mi pareja cuando, sin hablarlo si quiera, o mejor dicho, sin verbalizarlo, hemos ido al "compás" en la cama…
EliminarUn besazo,
En mi opinión, el porno es una industria puramente masculina, los que hacen las pelis y los que las consumen son, mayoritariamente, hombres, así que las mujeres no dejamos de ser, por decirlo de alguna manera, agentes colaterales. Me consta que sí que hay directoras de porno pero como tampoco soy consumidora de este tipo de cine, no estoy muy puesta en el tema. La verdad es que si alguien nos pudiera ilustrar, podríamos profundizar en el tema como muy bien propones, Alissa.
ResponderEliminarUn beso
Creo que las mujeres somos más de erotismo que de porno, no???
Hola !
ResponderEliminarNo hay tema que pongais en el blog que deje indiferente a nadie....
Os sigo por una amiga que os conoce...y de verdad que me gusta como afrontais los temas.
Y el de hoy merece mi comentario....
Es cierto que desde los siglos de los siglos....los hombres siempre van perdidos en lo que se refiere dar placer a una mujer....y pocas veces encuentras a uno con la sensibilidad suficiente para conseguirlo y no digamos la primera vez...
Lo que si pienso que hace que esto se complique...es la famosa novela, Cincuenta sombras de Grey.
Hoy en dia van todos pensando que son Greys en potencia...
Y eso nos lleva a las cavernas.....
No acaban de entender que a pesar de que nos guste en ocasiones que ellos lleven la iniciativa, nosotras tambien queremos algo de sensibilidad y tiempo para sentir….
Besos
Personalmente no me gustó nada esa novela. Y eso que la leí antes de que tuviera todo el bombo. Entretenida, amena, fácil de leer pero muy alejada de la realidad, o por lo menos de como yo, y muchas mujeres de mi alrededor vivimos y sentimos el sexo.
EliminarNi que decir tiene que nada más leí la primera parte, fue suficiente para mí, que sí que he leído bastante relato erótico más acorde con mis gustos. Una cosa es llevar la iniciativa y otra muy distinta es el perfil que dibuja del Sr. Grey. Ya puede estar bueno porque por su forma de "someter", telita.
En cualquier caso si los hombres se guían en la cama con 50 sombras de Grey, apañadas vamos. es mi humilde opinión
Es cuestión de gustos, y puede que sí hayan habido mujeres que se han excitado con la novela y creen que sí que es reflejo de su realidad.
Que yo sepa, pocas.
Madre mía q temazo!!! Off The récord estoy encantada con empezar la semana contigo!!! Este tema me tiene loca! Jajaja tengo una opinión muy diferente actualmente. Hoy por hoy pienso q el sexo con amor, no es siempre hacer el amor dulce y de modo romántico. Los enamorados tb "hacen porno"! Es muy divertido sobre todo por la confianza q hay entre ambos. El porno consentido y con amor mola! Gran sección!!!! Un besazo enorme
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo. Eso sería lo ideal, alta dosis de sexo con la persona que quieres y dónde la diversión, al confianza y el placer te lleven hasta terrenos de otra manera inexplorables...
EliminarBUENO BUENO..........DISCREPO EN ESO DE SEXO CON AMOR, EN ESAS SITUACIONES TAMBIEN HAY PORNO POLVOS, SIEMPRE Y CUANDO LAS DOS PARTES ESTEN COMPLETAMENTE DE ACUERDO, NO PROBLEMOOOO......
ResponderEliminarLA VERDAD QUE LA VIDA SIEMPRE FUE MUY GENEROSA CONMIGO, ME HAN PODIDO GUSTAR MAS O MENOS PERO QUE YO RECUERDE NO HE TENIDO NINGUN PORNO EGOISTA, PERO SI SITUACIONES.......DIOS ME VOY HACER ANONIMA PA CONTARLAS!!!!!
BSS
RUTH A.
http://www.ruthazofra.es/index.php/el-blog-de-ruth/3516
En mi balanza pesan más las experiencias generosas, mucho más, pero algún que otro "a su bola", y sin porno polvo, también
ResponderEliminarRuth, por favor, CUENTAMELAS… necesitamos saber. A qué sí, chicas?.
Ya sabes, "Off the record"..
Un besazo